
Perdonar significa dejar de sufrir.
No siempre resulta fácil otorgar el perdón a alguien que sentimos que nos ha ofendido o lastimado.
El perdón es un proceso psicológico que requiere tiempo, coraje y sobre todo, voluntad. Un gran deseo de salir de ese estado de resentimiento, tristeza, pena y melancolía.
El perdón no siempre resulta una tarea sencilla, nos cuesta trabajo hacerlo porque está ligado a alguien que es importante para nosotros, a una persona que está vinculada a nuestras vidas.
El proceso del perdón se encuentra ligado al cierre de ciclos y de dejar atrás situaciones que ya no son posibles en el presente.
Vivir en el resentimiento no dará solución a la situación.
Gabrielle Rubin y Nocle Fabre, psicoanalistas, han dado su punto de vista al respecto, su propuesta consta de 7 etapas para poder saber que el proceso del perdón ha tenido lugar:
1- Decidir de manera consciente a dejar de lamentarse y sufrir: Perdonar implica tomar decisiones, hacer un balance, empezar a pensar en ti y dejar ir los lamentos y quebrantos por lo que sucedió.
2- Reconocer los hechos, reconocer el quebranto pero no quedarse ligados a su dolor: Perdonar no significa olvidar, por el contrario, representa estar conscientes de los hechos y desligarse de los sentimientos perturbadores frente a la situación y la persona.
3- Expresar los sentimientos: Principalmente el enojo, el sentimiento de injusticia.
Las emociones pueden expresarse de una liberadora y no para dañina a largo plazo.
4- Abandonar la culpa: La culpa es uno de los sentimientos más dañinos que existen. La culpa lleva a la persona a instalarse en una posición de víctima. Y vivir herido es perder el poder personal.
5- Comprender a aquel/aquella que nos ha herido: Mirar de una manera comprensiva a quién nos ha hecho el daño. La compasión por el otro será una fortaleza que nos permita lograr salir de la culpa, del lugar de la víctima y estar en condiciones de perdonar.
6- Darse tiempo: Como lo señalé anteriormente, el perdón es un proceso, no se logra de la noche a la mañana. El tiempo cura. La distancia aminora los estragos. Y, emprender un proceso de duelo es lo adecuado.
7- Recuperar el protagonismo en nuestra propia vida: Recuperar el poder personal. Retomar la propia vida. Tomar decisiones. Emprender un proceso de crecimiento. Voltear hacia nosotros mismos y reencontrar el rumbo de la vida propia.
El perdón es una decisión personal. En las etapas anteriores la explicación de cada una de ellas está hecha en base a mis observaciones clínicas en la consulta.
No perdonar nos sitúa en la arrogancia, en la necedad de ser compensados por el daño. A veces, es posible, otras no tanto. Por ello, es necesario evaluar nuestra condición. Cada persona tiene sus propias razones.
¿Cuáles son las tuyas para no perdonar y salir de ese estancamiento emocional?
Te invito a que si estás viviendo en una situación de falta de perdón, regresando una y otra vez al evento, a la injusticia, a la pérdida, seguramente tus sentimientos se encuentran fuera de control y tu vida llena de aflicción, pongas atención a tu vida.
La psicoterapia es una posibilidad de sanar heridas que no te permiten vivir en paz contigo mismo y con los demás.
Cerrar ciclos es una oportunidad de perdón.