
El Principito es, sin duda, un libro lleno de frases que nos llegan más que al corazón, al alma. Y es que cada una de ellas, seleccionadas conforme nos fueron tocando, trae un mensaje no sólo para decir ¡qué bonito! sino para reflexionar.
Y es que quién puede mantenerse insensible al leer lo especial que puede ser un amigo en nuestra vida, como lo reza esta frase: “No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”
O esta otra que nos revela toda la esencia del ser humano: “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.”
Una a una, cada página de este libro del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, quien vivió apenas de1900 a 1944, nos deja algo.
Aquí algunas frases que podrás encontrar en este pequeño, pero maravilloso libro:
- Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió
- Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer
- Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos
- No se debe nunca escuchar a las flores. Solo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello
- Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar
- Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya
- Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio
- Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!
- A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle
- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso
- Uno se expone a llorar un poco, si se ha dejado domesticar
- Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes
- Yo soy el dueño de las estrellas, porque a nadie se le había ocurrido ser antes su dueño